¿Quién no quiere tener una sonrisa perfecta, en la que los dientes estén totalmente blancos? El tabaco, además de ser muy perjudicial para la salud, es uno de los hábitos que más afectan al color de tus dientes, junto con el café y el vino, entre otros factores. Utilizar un dentífrico blanqueante es una buena opción, aunque normalmente no es suficiente para recuperar el blanco natural de tus dientes.
Actualmente hay muchos tipos de blanqueamiento dental, pero los más comunes son dos: con férulas, o con luz Led. Para mucha gente, el de las férulas es el mejor, ya que es progresivo (no hay efecto choque y no notarán que te lo has hecho), y el diente sufre menos, ya que tiene menos sensibilidad. Te contamos cómo se hace:
Primero, elaboran unos moldes de tu boca, que te entregarán para que pongas en casa el gel blanqueador y te lo apliques. Después de cada aplicación, se retiran los moldes o “cubetas”, que se limpian simplemente enjuagándolos con agua. Puedes blanquear hasta seis tonos, y dependiendo de la intensidad del blanqueado que quieras, se utiliza durante una, dos o tres semanas. El precio depende según la clínica que elijas, pero ronda los 600 euros.
El blanqueamiento con luz Led es ideal si quieres obtener el resultado inmediatamente (el tratamiento dura unas dos horas). El único fallo es que puede aumentar la sensibilidad de los dientes, aunque no siempre ocurre. Consiste en un gel que se aplica por todos los dientes, y que se activa con la aplicación de la luz Led. El precio es también variable según el lugar en que te lo hagas, pero está alrededor de los 900 – 1000 euros.
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